Erika desde siempre tuvo mucho interés por el diseño. Desde pequeña, fascinada por la idea de crear cosas, pasaba horas manipulando objetos en la tienda de madera de su abuelo. Creció entre Europa y la Columbia británica, donde estudió y trabajó de diseñadora gráfica. Sucesivamente, se mudó a Los Angeles para estudiar en el Art Center College of Design en Pasadena. Expuso sus muebles y otros productos en el ICFF de Nueva York, en Chicago y en Tokyo, y también en el Salón Internacional del Mueble de Milán. Es una gran trotamundos y exploradora cultural, para Erika observar el mundo y la vida diaria de la gente es una fuente inagotable de inspiración para sus diseños. Su objetivo es que cada producto suyo brinde sensaciones agradables para los pequeños y simples momentos que forman parte de nuestras vidas.