Londji es una empresa cuya sede se encuentra en Cataluña y lleva el nombre de un bellísimo pueblo de pescadores ubicado en Camerún. Desde 2004 produce juguetes para niños de todas las edades, "de 3 a 103 años", como dicen ellos. Esta empresa siempre buscó proponer juguetes perdidos y antiguos, como los rompecabezas o el memory, el dominó o las muñecas de papel para vestir. El resultado es una colección de juguetes particulares, adecuados para todas las edades y que tienden a mejorar la concentración y la fantasía. Las decoraciones de los juegos y de los juguetes Lodji se inspiran en los tiempos pasados, recuerdan a los acróbatas o bailarinas, con el gusto por la decoración de estilo retro. Esta empresa pretende dar vida a juguetes olvidados, como por ejemplo las peonzas de madera. La mayoría de los productos Londji están hechos de material natural, no tóxico y reciclado. Por lo tanto, todas las partes de papel o cartón se producen a partir de material de reciclaje; las pinturas son siempre no tóxicas, adecuadas para los niños y sin solventes nocivos. La madera de los yoyo y de las peonzas con forma de fruta y verdura proviene de cultivos sostenibles. Los colores se obtienen de tinturas vegetales, para nada nocivos. Esta empresa, además de interesarse en juegos y juguetes, tiene una consciencia ecologista, que tiende a difundir también en sus clientes. Londji también ha conseguido crear una imagen, un estilo, que se nota a primera vista, que está presente en toda su producción. Por lo tanto estamos hablando de un estilo específico, muy particular, que propone a los clientes, que llama la atención por sus coloraciones y la elección de las figuras, lo que remite al Arte mismo. Arte que se expresa a través de los juguetes. En la empresa Londji no se producen solo juguetes, sino también una idea de progreso, que consiste en redescubrir cosas que pensábamos que se habían perdido. La línea de juguetes de Londji nunca es banal y se dirige a los niños de diferentes edades, desde los más pequeños hasta los adolescentes. De hecho, en su catálogo también encontramos pequeños cuadernos secretos, juegos de ingenio, como los famosos laberintos colorados, los teatros de títeres y esos pequeños instrumentos musicales hechos con objetos de reciclaje. Una línea completa, entre el arte y el juego, adecuada para hacer un pequeño regalo también a los niños "grandes".
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